El balón sale hacia la banda y restan unos 30 segundos para que se cumpla el séptimo y último de los minutos de descuento, añadidos para finalizar el partido de vuelta de la fase de ascenso a Segunda División. Falta un gol para lograrlo, falta que pase el cronómetro para lo mismo en el bando contrario. Los locales se agarran a un saque de banda que suele ser despejado y los visitantes no quieren que se escape lo que en 40 partidos han estado peleando y rozan con la yema de los dedos.
Contraste de emociones (Fuente: La Verdad) |
Y así fue la última jugada en la eliminatoria que disputaron Rayo Majadahonda y Cartagena, un batiburrillo de pensamientos, temores, miedos al fracaso, ambición, ansiedad o exceso de responsabilidad. El desenlace fue en forma de gol, en propia puerta, dando un ascenso único a los majariegos que no esperaban y sumiendo en un vacío al Efesé y a sus centenares de aficionados desplazados hasta allí.
¿Cómo se pueden gestionar esos momentos de responsabilidad en un terreno de juego? ¿Cómo podemos manejar los pensamientos? ¿De qué manera aumentamos la capacidad de éxito en jugadas de ese tipo? Son preguntas que si supiéramos contestar a ciencia cierta, tendríamos la pócima mágica de los ascensos, pero sí podemos reducir la incertidumbre mediante gestión competitiva:
- Identificación del pensamiento: ser conscientes de la debilidad es clave para poder utilizar herramientas que nos permitan afrontar la situación con seguridad. Saber qué pensamiento es nocivo, para cambiarlo más adelante.
- Reducción de la responsabilidad: tu responsabilidad es la que es, ni más ni