Tengo que empezar como los malos
oradores: pidiendo perdón. Este artículo debiera escribirse lentamente,
calculando cada palabra, poniendo en cada línea siquiera cinco minutos de
labor. Lo requiere el asunto; lo requiero yo mismo. He pensado en este artículo
durante largo tiempo, desde que Ricardo me invitase a participar en este su
blog EfeséHistoria. Y es que en este día que escribo es nada más y nada menos
que el cuatricentenario de don Miguel de Cervantes y Saavedra. Me llamaron y
respondí. Solicitaron de mi pluma y aquí estoy para escribir en defensa del
reino del balón y su justicia, también de los futbolistas cuando estos lo
merezcan y de sus dirigentes, ¡ay sus dirigentes!, que, en algunas ocasiones,
son más cabecillas y no tanto conductores. He acudido porque al mirar la
cabecera del blog que me solicita colaboración, he comprobado que ésta recoge
dos de los escudos que más me impactaron desde que era niño y correteaba, como
cualquier Icue, por debajo y por encima de la Muralla del Mar que es donde viví
y aprendí a querer estos colores. Y aquí estoy junto al poeta Blas de Otero
para: “Pedir la paz y la palabra. He dicho “silencio”, “sombra”, “vacío” etcétera.
Digo “del hombre y su justicia”, “océano pacífico”, lo que me dejan. Pido la
paz y la palabra”.
Y aquí estoy, no necesito
presentarme, todos, bueno casi todos, los efesemaníacos me conocen desde que el
FC Cartagena se instaló en aquella gloriosa 2ª División de los
Juan Ignacio, Mariano, Pablo Ruiz, Víctor, De Lucas, Longás, Toché y…los Tato, Quintero, Expósito, Clavero, Castilla, Lafuente, Chus Herrero, Txiqui,Tonino y Héctor Yuste y…Cygan, ¡ay Monsieur! Y tantos y tantos más.
Era este Cartagena, exceptuando al entrenador y algún futbolista, un club revoltijo de un burujón de demonios, bufones y algún escritor de mal vivir que no ha hecho otra cosa en su vida que ser escritor de atrancada pluma para lanzar y sostener burlas y epigramas casi siempre adornadas con errores sintácticos, caligráficos, ortográficos y profundamente carentes de las reglas gramaticales elementales para poder marcar opinión. Sólo eran unos moscardones y pseudo-enteradillos que no estaban en la yema de la noticia y que tan sólo aparecían en alguna tertulia para seguir enredando los demonios, no aportar absolutamente nada y vivir en el quinto recinto del octavo círculo desde donde intentaban meter en brea hirviente a los que no comulgasen con las ruedas de su molienda. El Icue, desde esta nueva tribuna de opinión, les convida a sentarse en un rinconcito, aunque sea lúgubre del paraíso de la verdad, sí, sí de la VERDAD y no poner su pluma al lado de un plato, aunque éste sea sólo de aceitunas. Quiere el Icue pensar, y así lo desea, que nosotros no somos como ellos. Y así me lo pareció cuando contemplé esas animadas imágenes de presentación con las que hace unos días se promocionó este blog en el que hoy día 23 de abril me presento.
Juan Ignacio, Mariano, Pablo Ruiz, Víctor, De Lucas, Longás, Toché y…los Tato, Quintero, Expósito, Clavero, Castilla, Lafuente, Chus Herrero, Txiqui,Tonino y Héctor Yuste y…Cygan, ¡ay Monsieur! Y tantos y tantos más.
Era este Cartagena, exceptuando al entrenador y algún futbolista, un club revoltijo de un burujón de demonios, bufones y algún escritor de mal vivir que no ha hecho otra cosa en su vida que ser escritor de atrancada pluma para lanzar y sostener burlas y epigramas casi siempre adornadas con errores sintácticos, caligráficos, ortográficos y profundamente carentes de las reglas gramaticales elementales para poder marcar opinión. Sólo eran unos moscardones y pseudo-enteradillos que no estaban en la yema de la noticia y que tan sólo aparecían en alguna tertulia para seguir enredando los demonios, no aportar absolutamente nada y vivir en el quinto recinto del octavo círculo desde donde intentaban meter en brea hirviente a los que no comulgasen con las ruedas de su molienda. El Icue, desde esta nueva tribuna de opinión, les convida a sentarse en un rinconcito, aunque sea lúgubre del paraíso de la verdad, sí, sí de la VERDAD y no poner su pluma al lado de un plato, aunque éste sea sólo de aceitunas. Quiere el Icue pensar, y así lo desea, que nosotros no somos como ellos. Y así me lo pareció cuando contemplé esas animadas imágenes de presentación con las que hace unos días se promocionó este blog en el que hoy día 23 de abril me presento.
Circulan por ahí, por las calles
de la Trimilenaria, unos incontrolados augures que pronostican, todavía sin
terminar ésta, buenos augurios para la próxima temporada. Apuestan por la
continuidad, como entrenador, del de Valdeganga y ya pocos apuestan por otros.
Aprieta por ahí algún suelto litigio pecuniario que habrá que
liquidar si no lo condonan, cosa difícil. Y existe, habrá que solucionarla,
alguna desavenencia, parece que envenenada, entre esos tres jinetes del
apocalipsis directivo que, desde estas líneas de presentación, el Icue, a
partir de ahora, los llamará: “doncel de la Rambla, “demonio del puente” y
“arcángel administrativo”: el orden y el apelativo lo dejo para que ustedes,
amables lectores, lo acomoden en el acertijo. El Icue hace tiempo los acomodó
en la referencia de Belmonte, Sánchez Breis y Deseado. Ahora las incógnitas
tienen y deben despejarlas ustedes. Sólo les puedo adelantar una cosa: de la
tríada alguno es lúgubre y sin mano izquierda y eso, a la larga, en el fútbol
se paga.
Para terminar, les contaré una
blanquinegra anécdota: Hubo un tiempo que alguien le propuso a Juan Ignacio,
técnico de Rabasa, crear un video casero en el que se mezclasen imágenes de las
batallas entre cartagineses y romanos con alguna recreación de la entrada del
ejército del general Aníbal en Roma, con otras de los futbolistas del FC
Cartagena esforzándose durante un entrenamiento. Todo ello lo aderezaron con la
música de la genial banda sonora que Hans Zimmer y Lisa Gerrard compusieron
para la película Gladiator. Hicieron todo este montaje con el único fin de
motivar a los futbolistas. Se hizo en aquella gloriosa vuelta al futbol
profesional y antes de que el FC Cartagena se enfrentara al Real Betis Balompié
en el Benito Villamarín. Fue el 27 de septiembre del 2009. Los que allí
estuvieron le cuentan al Icue que se quiso sorprender a los jugadores con el
objetivo de predisponerlos para competir con la misma intensidad que podían
tener los cartagineses antes de cualquiera de sus múltiples batallas. Fue el
desembarco del FC Cartagena en el Ruiz de Lopera y los futbolistas quedaron
impactados delante del televisor al verse en imágenes, en pleno esfuerzo,
mezclados con imágenes de guerra y la música de Gladiator. Fue un objetivo de
motivación, un impacto y se consiguió. Real
Betis Balompié 0 – FC Cartagena 0.
A nosotros, fundamentalmente al
Icue, no habrá que motivarlo para contar la VERDAD. Aparecerá por aquí cuando
le venga en gana. No tendrá ni día ni hora, ni partido transcendente ni después
de alguno intrascendente. Lo hará cuando le apetezca y, otra cosa, él seguirá
manteniendo su personalidad en su Rincón, ese que convino en llamarlo del Icue,
cuando por aquella no muy lejana época prefirió reinar en el infierno que
servir en el cielo. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del
Icue”. Dies 4/23: ante diem decimum Kalendas
Maias. Nº 371.
Texto El Rincón del Icue. Fotos
http://qapta.es/. Copyright ©
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