Tenía pensado enfocar mi artículo para el derbi alejándome lo máximo posible del estilo que tan de moda está en esos programas televisivos nocturnos que, con el único afán de rellenar horas y horas de espacio, son capaces de promover la polémica Madrid-Barça hasta cuando no existe. Pretendía huir de ello, pero, vista los acontecimientos de las últimas semanas, creo que no voy a poder evitarlo.
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La mantícora, otra criatura mitológica |
Antes que nada, planteo un análisis de ese término denominado señorío, que tan arraigado parece estar dentro del fútbol actual. Concepto que encaja perfectamente en la sociedad que vivimos, de lo políticamente correcto. Todo es señorío o, cuando no, valors. Lo que toda la vida se ha llamado deportividad, o fair-play en los 90s, ahora es señorío. Con la sustancial particularidad de que con el señorío subyace un halo de superioridad por parte del que supuestamente lo ejerce. Ejemplo práctico: si se enfrentan un equipo de Tercera y otro de Primera en Copa del Rey, de aparecer la palabra señorío en la eliminatoria será acompañando al comportamiento del conjunto de Primera, siempre. Por lo que, en realidad, el señorío no deja de ser una expresión de condescendencia.
Es que leo el comunicado de la FEPEMUR, en el que se lamentan por la actitud de la directiva albinegra de cara al domingo, y no salgo del asombro. ¿De qué hablan? ¿Acusan de que nos hemos alejado del señorío imperante en los últimos años? ¿Es que se han olvidado de Paco Sutil siendo jaleado en la sede de sus peñas tras exclamar aquello de “me he reído de ellos por vosotros”? Que eso ocurrió tras la penúltima visita grana a Cartagena, no hace tanto. Aunque, claro, también hay que comprender el contexto de aquellas señoriales palabras de Sutil. Se venía de una temporada en la que el Cartagena había competido una división por encima del Murcia, la sensación de superioridad flaqueaba y, por tanto, el señorío era innecesario. O, incluso, podemos retroceder hasta