Un derbi siempre desprende un sabor especial, nadie lo puede negar. Ya sea en una de las consideradas competiciones importantes o un campeonato menor, siempre será una cita que inequívocamente suscite unas emociones distintas a las de cualquier otro partido. Y, bueno, vale que esta tarde en San Javier no tendrá lugar uno como tal, pero el hecho de que se enfrenten los filiales a partido único con un trofeo de por medio otorga a este miniderbi un atractivo especial, dentro de su particularidad. No obstante, no pretendo enfocar de la forma habitual el susodicho encuentro, así que aparcaré el pique que pudiera existir tras los affaires estivales de Renato y Víctor Basadre, jugador y técnico del filial albinegro que han acabado cruzando el Puerto de la Cadena, o elementos de esta índole. Si era lo que esperaba leer alguien, lo siento, pero nada más lejos de la realidad.
Lo que busco en estas líneas, con motivo de esta final de Copa Federación, es realizar una mirada retrospectiva al crecimiento del FC Cartagena desde su fundación en 1995. Y es que, aunque muchos de sus aficionados lo desconozcan, el Club ya posee dicho galardón en su palmarés (y digo palmarés, no vitrina, puesto que si no estoy mal informado físicamente ya no se tiene). La primera vez que se campeonó la competición fue en la temporada 1996/97, la del debut en Tercera División, ganando a doble partido una final al entonces notable CD Relesa Las Palas. Aquel hito, del denominado Cartagonova FC, sería reeditado la campaña siguiente (hace exactamente 20 temporadas, vaya) casualmente frente al propio Real Murcia B.
En la citada segunda ocasión, a doble partido otra vez y fechada a principios de enero, el Cartago empataba 0-0 en Los Garres frente al filial grana y vencía una semana después en el Estadio por 3-1, con goles del pichichi Carlos (doblete) y de Andrés, remontando así un