domingo, 30 de octubre de 2016

Descafeinado derbi

A todos nos ha pasado alguna vez que, cuando visionamos en el cine una de esas películas galardonadas con varios premios en el festival de no sé dónde o cuando comenzamos a seguir en televisión una serie que nos recomienda un conocido en el que confiamos, sentimos que, al final, la realidad no acaba saciando las expectativas creadas. Es habitual, a mayor interés personal concentrado en algo más fácil será que ese algo no esté a la altura y nos acabe decepcionando. Esto es lo que ocurrió ayer en Nueva Condomina, al menos para mí, y sobre todo en lo referente al primer tiempo. Un primer tiempo en el cual, salvo el conato de lesión de Sergio Jiménez, no sucedió absolutamente nada reseñable y en el que más de uno, intentando evitar caer en el bostezo, optó por entretenerse con las anécdotas de grada. 

Por suerte, todo cambió tras el descanso. Los jugadores albinegros implantaron un ritmo frenético al comenzar, generando ocasiones de gol de esas que no hubo noticia en la primera mitad, y partir de ahí el resto del encuentro sí fue más o menos lo esperado para un derbi de estas características. Remarco lo de más o menos. Emoción, alternativas para ambos conjuntos e incluso tuvimos una bronca final que concluía en minitangana. Faltó, quizá, polémica arbitral o alguna que otra expulsión, pero, no obstante, la segunda parte estuvo bastante bien en líneas generales. 

Tampoco hubo goles, es cierto, pero no hicieron falta para que los cartageneros volviéramos a casa satisfechos. Los murcianistas eran los que más tenían que perder, atendiendo a su situación institucional y deportiva. Y hasta puede que lo que me sepa


viernes, 28 de octubre de 2016

El Cartagena en Murcia

Hace días que algo especial está impregnado en el ambiente. Algo que provoca en los individuos una tensión psicológica similar a esa que surge horas antes de una Nochevieja o de cualquier otra fiesta que se planee desenfrenada. Es un cosquilleo interior que todos sentimos, pero por el que no debemos preocuparnos. Son los síntomas de que algo importante se aproxima. Es el derbi. Y es que, como no podía ser de otra manera, un Murcia vs Cartagena no es un partido más.

 Sin profundizar en los elementos de carácter sociológico, de sobra conocidos, que convierten la cita en un evento único, quisiera dejar patente mi desacuerdo con el manido mantra de “no se debe mezclar política y deporte”. Un lema que demagógicamente suele hacer acto de presencia en las previas de encuentros como este y que, en mi opinión, es bastante discutible. Pero no pretendo ir por ahí en estas líneas.

Carpintero celebrando su gol en 1999
Centrados en lo futbolístico, mal que nos pese a los cartageneros, cada vez que hemos tenido que afrontar una visita al Real Murcia CF se hizo observando al equipo grana desde una perspectiva inferior. Ellos asumían con naturalidad su rol de favoritos y nosotros, desde la resignación, encarnábamos el papel de víctimas. Como si de una reproducción del combate entre David y Goliat se tratase, pero sin un mísero tirachinas de juguete con el que intentar derrotar al gigante filisteo. Casi nunca tuvimos posibilidades, resultando históricamente los viajes albinegros a la capital toda una pesadilla deportiva.

Dicho lo cual, todo cambió con el nacimiento del actual FC Cartagena. No en lo referente a la trayectoria de los clubes, puesto que desde que se fundara la entidad en 1995 poca o ninguna sombra se les ha podido hacer a unos pimentoneros que han pasado incluso por


lunes, 24 de octubre de 2016

El gol de Juanlu Hens al Murcia

Líder llegaba el Murcia al Cartagonova, eso sí, pasando por un momento de vacas flacas viendo como su amplio colchón de puntos respecto al segundo clasificado -que encima era el UCAM- se iba desinflando. El Efesé por su parte llegaba en un estado de forma impecable, invicto desde la llegada de Monteagudo y con un objetivo menor, como era una plaza para jugar la Copa del Rey de la temporada siguiente. Con un año decepcionante y con la sensación de que ese grupo de jugadores podía haber dado más de lo que dio, nos llegó el derbi en el Cartagonova. Era el momento de demostrar que las dinámicas dan o quitan ventaja en un partido en el que al aficionado albinegro le importaba más ganarle al Murcia que esa plaza copera.

Juanlu celebrando el gol de la victoria
Había expectación en la ciudad, que tenía ganas de una gran cita futbolística en una temporada tan sombría como desgarradora. Ver al eterno rival líder toda la temporada por un lado y que los nuestros hubieran tirado las opciones de promoción de ascenso cuatro o cinco meses antes era realmente doloroso. Pero el destino nos tenía preparada una última prueba, la que nos podía permitir desquitarnos de esa sensación amarga vivida durante toda la campaña, con un derbi en la primera vuelta perdido en los últimos minutos incluido. Por una cosa o por otra el líder intratable no lo era tanto, había perdido semanas antes un encuentro ante el UCAM que de haber ganado le habría puesto en bandeja de plata el liderato, pero el fútbol siempre da una segunda oportunidad y hasta que no pita el árbitro o se acaba la temporada puede pasar absolutamente de todo.

Por su parte los periodistas murcianos que hablaban en enero de los líderes de otros grupos no lo hacían ya tan insolentemente, miraban más al segundo, que le pisaba los talones y que curiosamente era el otro equipo de la ciudad, al que empezaban a ver cómo una verdadera amenaza. Efectivamente, la soberbia de mirar a otros grupos como


jueves, 6 de octubre de 2016

Hace 20 años el efesé se fue a dormir

Hoy, 6 de octubre de 2016, se cumplen veinte años desde que el Cartagena FC se echara a dormir, deportivamente hablando en categoría senior, y dejase huérfanos a los seguidores de quien había representado al fútbol de la ciudad departamental durante más de medio siglo. Era la Jornada 6 del Grupo XIII de Tercera División y el efesé debía jugar ese día en Fortuna. No lo hizo. El equipo no se presentó en El Saladar y, advirtiendo el hecho de que si se repetía la infracción serían expulsados de la competición, el jueves de la semana siguiente se anunciaba oficialmente la renuncia a seguir compitiendo. De esta deprimente manera se ponía el punto, posteriormente supimos que y aparte, a la trayectoria del club que no hacía tanto disputaba sus encuentros en El Almarjal.

Era la temporada 1996/97, la segunda consecutiva en Tercera tras el descenso administrativo de 2ªB en agosto de 1995 y haber perdido la última oportunidad de resurrección en junio de 1996, con el estrepitoso 6-0 en Llíria en el play-off de ascenso a la categoría de bronce. Estaba Andrés Bolarín como Presidente y Perico Arango de entrenador. La liga comenzaba el 1 de septiembre, pero el peor de los finales posibles se intuía en el horizonte inmediato. Sin contar con la deuda total, cifrada en más de 700 millones de pesetas, en agosto Andrés Bolarín era arrestado por tráfico de estupefacientes y no saldría de prisión hasta casi el citado mes de octubre.

En lo estrictamente balompédico, aquel Cartagena FC estaba formado por jugadores mayormente de perfil bajo y/o canteranos. Además, el Club miraba de reojo a los emergentes proyectos del Cartagonova FC de Florentino Manzano y Cartagena Atlético de José Luis Belda; que, aunque no se dijera abiertamente, habían nacido para sustituirle. De las cinco primeras jornadas el efesé no consiguió ganar ninguna. Las estadísticas