Líder
llegaba el Murcia al Cartagonova, eso sí, pasando
por un momento de vacas flacas viendo como su amplio colchón de puntos respecto
al segundo clasificado -que encima era el UCAM-
se iba desinflando. El Efesé por su parte llegaba en un estado
de forma impecable, invicto desde la llegada de Monteagudo y con un objetivo menor, como era
una plaza para jugar la Copa del Rey de la temporada siguiente. Con
un año decepcionante y con la sensación de que ese grupo de jugadores podía
haber dado más de lo que dio, nos llegó el derbi en el Cartagonova. Era el momento de
demostrar que las dinámicas dan o quitan ventaja en un partido en el que al
aficionado albinegro le importaba más ganarle al Murcia que esa plaza copera.
Juanlu celebrando el gol de la victoria |
Había expectación en la ciudad, que tenía ganas de una gran cita
futbolística en una temporada tan sombría como desgarradora. Ver al eterno
rival líder toda la temporada por un lado y que los nuestros hubieran tirado
las opciones de promoción de ascenso cuatro o cinco meses antes era realmente
doloroso. Pero el destino nos tenía preparada una última prueba, la que nos
podía permitir desquitarnos de esa sensación amarga vivida durante toda la
campaña, con un derbi en la primera vuelta perdido en los últimos minutos
incluido. Por una cosa o por otra el líder intratable no lo era tanto, había
perdido semanas antes un encuentro ante el UCAM que de haber ganado le habría
puesto en bandeja de plata el liderato, pero el fútbol siempre da una segunda
oportunidad y hasta que no pita el árbitro o se acaba la temporada puede pasar
absolutamente de todo.
Por su parte los periodistas murcianos que hablaban en enero de
los líderes de otros grupos no lo hacían ya tan insolentemente, miraban más al
segundo, que le pisaba los talones y que curiosamente era el otro equipo de la
ciudad, al que empezaban a ver cómo una verdadera amenaza. Efectivamente, la
soberbia de mirar a otros grupos como
si el tuyo estuviera concluido con casi media
temporada por disputarse, finalmente te lleva a jugarte la vida en las últimas
jornadas y ahí entraba un invitado de lujo, el Efesé.
Ningún partido contra el Murcia pasa de soslayo ni para una
afición ni para otra pero este era distinto. El discreto desplazamiento desde
la ciudad huertana sumado a las numerosas entradas vendidas para la afición
local auguraba un ambiente favorable desde la grada. Y ahí metimos el primer
gol. Fue Chus Hevia, pero
lo empujamos los casi 10.000 cartageneros que ese día vestimos el recinto de
Benipila de blanco y negro con una pancarta que portaba un emocionante lema
"Carthago-Nova invicta est". El Cartagonova por un momento fue el de
las grandes tardes, esas en las que todo suele salir mal. De hecho no le faltó
ese punto de suspense con un penalti inexistente que celebraba el fondo norte
grana.
Era un derbi en el que unos se jugaban el liderato y otros nos
jugábamos el orgullo. Y la copa, es verdad. Pero más el orgullo. Ese orgullo
del que ve en un partido de fútbol algo más que eso, del que ve un derbi como
una batalla de tú a tú con la historia, con lo que nos han arrebatado y que
encajamos con disconformidad, una manera de levantarse y atacar al causante de tantas injusticias, al que
aprovecha cualquier despiste para poner más piedras en el camino. El eslogan
lanzado por el club en esa semana de derbi fue precisamente ese: “Orgullo y
copa”.
Y entre tanto orgullo, dignidad y deseo de reivindicación llegó.
Le cayó a Juanlu Hens en su bota derecha, desde fuera del
área pero bien colocado. Y otra vez, los 10.000 albinegros y la calidad del
actual pichichi del grupo, la pusieron dentro de la portería, besando la red y sumando
tres puntos más al casillero del Efesé,
pero dándole cien de orgullo a una afición que respiró. Se había conseguido el
objetivo. Ah si, la copa también estaba más cerca. Habíamos vuelto a vivir una
tarde mágica en el estadio y consumamos el placer de vencer a ese rival que
nunca ha sido el grande del fútbol español que se empeñan en vender, venido a menos
cada año, confirmando así su mediocridad.
Ese día el Murcia entró en Cartagena líder, salió segundo y es el
último derbi que hemos disputado. El derbi que tenemos por delante es muy
distinto al último, no coincide ni el estadio, ni la disposición en la tabla y
ahora son ellos los que pueden bajar los humos a los albinegros, pero hasta que
empiece el partido, seguiremos cerrando los ojos y soñando con el gol de Juanlu
Hens.
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