Columnas atrás comentaba en estas líneas el, a mi juicio, injusto trato que se le estaba dispensando al entrenador albinegro, Alberto Monteagudo, por parte de la afición cartagenera. Hace un mes de aquello. Concretamente fue tras la Jornada 8 y caer en Marbella, cuando se situaba el Cartagena en décima posición clasificatoria. Ahora, llegada esta semana, y habiéndose ya disputado un tercio del campeonato liguero, muchos de los que clamaban entonces profetizan un horizonte muy distinto a aquel, pero lo cierto es que no lo es tanto. Sí, claro que el equipo es líder por segunda jornada consecutiva, lo que pasa es que también es necesario apuntar que estamos a un solo partido del octavo puesto. Y que no se me entienda mal, con esto lo único que pretendo reflejar es que ni en octubre éramos tan malos, ni en noviembre somos tan buenos (tomad topicazo). Igual que tampoco se asciende en diciembre, como bien pudimos comprobar la temporada pasada. Keep calm.
El Cartagonova nevado (Palacio de Invierno) |
En lo inmediato, este sábado toca afrontar un nuevo derbi ante el Murcia. Partidos estos siempre atractivos y sazonados en lo emocional, al margen del cansino y repetitivo soniquete que los viene acompañando en los últimos tiempos en relación al tema de las entradas y demás polémica institucional. Porque pudiendo centrar el análisis, digamos morboso, sobre los Chamorro, Llorente o Chavero estar otra vez con que si Belmonte o Deseado tal, que si Fondo/Lateral Bajo/Alto o con que si a la vuelta hay que devolver la “jugarreta” al contrario creo que empieza a saturar. No sé, quizá es que me esté haciendo mayor.
Y me fijo en la estadística reciente de las últimas cuatro visitas granas al Cartagonova, dos de ellas en Segunda División y las otras dos en 2ªB, constatando lo vibrantes que suelen acabar siendo los Cartagena vs Murcia. Muchos goles, más de tres como media, y un par de victorias para cada uno. Sin empates, sin tregua. En la campaña 2009/10 el resultado fue un 3-2 que mantenía a los albinegros aún en puestos de ascenso a Primera,
con aquel penalti fallado por el murcianista Natalio yendo el marcador 1-1, mientras que dos temporadas después eran los pimentoneros los que se alzaban con la victoria por 1-2. Al remontar un inicial tanto de Álvaro Antón gracias a dos jugadas a balón parado en las que el guardameta Manolo Reina cantaba por soleares, sobre todo en la salida de la segunda.
con aquel penalti fallado por el murcianista Natalio yendo el marcador 1-1, mientras que dos temporadas después eran los pimentoneros los que se alzaban con la victoria por 1-2. Al remontar un inicial tanto de Álvaro Antón gracias a dos jugadas a balón parado en las que el guardameta Manolo Reina cantaba por soleares, sobre todo en la salida de la segunda.
Ya en 2ªB, en abril de 2016, los albinegros vencían 2-1 a un Murcia que con la derrota perdía el liderato en favor del UCAM. El famoso partido en el que se reubicaba a la afición local para que el Fondo Norte Alto fuese ocupado por seguidores granas, culminado con el bochornoso espectáculo de las sillas voladoras. Y el último derbi ha sido en marzo de este mismo año, en la Jornada 30. El Cartagena pugnaba en esos días el primer puesto con La Hoya, estando los granas doce puntos por debajo, y el 1-3 de dicha ocasión aceleraría el declive de unos y catapultaba a los otros, como recordaremos todos. Incluyendo un penalti marrado por Arturo a diez minutos del final.
Así que todo puede pasar este sábado (segundo topicazo del texto). Bueno, mejor dicho, casi todo. No se concibe que la indiferencia pueda existir en la Cartagena futbolera a partir de las 20:00 horas de este 11 de noviembre. Si se gana, valiéndome que esta semana se cumple un siglo de la Revolución Rusa, Monteagudo habrá asaltado el Palacio de Invierno (un nombre bastante apropiado para el Estadio ahora que llega el frío) y se asentará férreamente en el banquillo; pero si no se gana lo normal será perder el liderato e intuyo que su nombre volverá a estar en primera línea de fuego. Y no hablemos ya de si se pierde. Poco tardarán en hacerse oír los nostálgicos de la época del zar que tuvimos aquí, Paco Gómez, en la que un entrenador aficando más de veinticinco jornadas en el vestuario albinegro era todo un superhéroe. Lo bien que funcionaba aquel sistema.
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