Los otros números del derbi

Como buen nostálgico del fútbol que existía hace medio siglo, o mejor dicho del balompié, antes que nada he de reconocer que a mí el cambio de reglamentación que introdujo la RFEF en 2ªB para la temporada 2013/14 eliminando los dorsales fijos a los jugadores me gusta. Eso de ver al número 3 jugar de lateral izquierdo cubriendo al extremo derecho, que luce el 7, o que el guardameta lleve el 1, y solo el 1, me gusta. Qué le voy a hacer. Además, es algo que irremediablemente aboca al aficionado que no domina el nombre de los futbolistas a conversar sobre ellos en base a cifras, e impregna el ambiente de un aroma de pureza, como si fuese deporte base o amateur. Un encanto especial.

Dicho lo cual, y soliendo convivir en estas líneas junto a datos estadísticos, para realizar mi contracrónica del derbi me apetece resaltar varios de los guarismos que desprendió el 2-1 de anteayer. Cómo no, los primeros a los que debo hacer mención son los del marcador. Si en la previa ya advertíamos que los Cartagena-Murcia venían siendo partidos con más de tres goles de media, este sábado se refrendaba la inercia y nadie salía defraudado en ese sentido. Y hasta aquí la pincelada genérica, a partir de ahora centraré la diana en los números subrayados por un nombre propio dentro del derbi, para mí.

Cristo, nuestro profeta

Para empezar, el dorsal 1 del choque. Este fue sin duda Biel Ribas. Con ese segundo gol albinegro, en el que siendo generosos opinaremos que pudo haber hecho más, acompañado del chascarrillo de la grada, extendiéndose como una mancha de aceite en el mar, al recordar su imagen junto a Deseado Flores el pasado verano. Sinceramente, y visto lo visto, de rebote creo que ganamos con Pau Torres. El 2 y el 3 del encuentro tampoco son debatibles, los laterales del Cartagena Óscar Ramírez y Jesús Álvaro. Con ese magnífico tanto que abría el encuentro, centrando uno y rematando el otro. Lo que me lleva a cuestionar aquella afirmación del aficionado medio que tilda a Monteagudo de técnico

defensivo. Un lateral centrando y rematando el otro en la misma jugada no creo que sea el arquetipo de catenaccio a lo Helenio Herrera. ¿Te da cuén? Por cierto, sobre Óscar Ramírez, lleva jugados 54 partidos como albinegro, todos de titular y completos 52 de ellos. Es decir, todos salvo el primero (Copa ante el Hércules) y anteayer. Y anda que no se notó su ausencia, el Murcia solo atacó por la banda izquierda en el tramo final. Un toro.

En relación al 4… creo que el del Murcia se llamaba Orfila, ¿alguien más le encontraba parecido físico con el exjugador madridista Coentrão? Y volviendo a lo serio, me salto el 5 y el 6 para dirigirme al 7 pimentonero, Santi Jara. El único de un decepcionante cuadro grana al que vi con capacidad de poder intentar ser titular en la plantilla del Cartagena. Un pelotero de esos que cuando tiene el día bien podría jugar en Primera División. Aunque tampoco sé seguro si aquí podría ser titular, ya que quitarle el sitio al 10 albinegro, nuestro particular Dios rebajado a Cristo, se me antoja casi imposible para cualquiera.

Y finalizando, como tampoco voy a mencionar un 11, citaré a los dos 9. Primero a Aketxe, que se está encumbrando como un auténtico delantero fecundo tanto en marcar como en recibir tarjetas, y después a Salva Chamorro. Este último, espigado punta que volvía al Cartagonova prolongando la sombra del fantasma de los ex, al igual que hicieran Isi Ros y Artiles, o Hevia, esta misma temporada. Añado, siguiendo con Chamorro, que iba a ser sustituido con 1-1, y fue igualmente cambiado tras el 2-1, por un centrocampista. Repito, un delantero, que estaba siendo uno de los destacados de su equipo, por un centrocampista con empate en el electrónico. Lo comento para cuando nuestro entrenador realice sustituciones parecidas. Así es la 2ªB. Ah, y que no se me olvide tampoco, los 35 primeros minutos de superioridad rotunda y sin paliativos por parte del Cartagena también es otra cifra a destacar dentro de una buena tarde de sábado, a la que si no otorgo un calificativo mayor es por haber estado precedida por el fallecimiento del entrañable Chiquito de la Calzada. Lo del malagueño sí que eran números.