sábado, 27 de mayo de 2017

La primera odisea en Alcoy

Si nos ordenasen elaborar una lista sobre los cambios que ha vivido la sociedad española desde el año 1932 la enumeración de elementos sería prácticamente infinita. En cualquier ámbito que hoy pueda parecer cotidiano encontraríamos transformaciones asombrosas, ya que hablamos de casi un siglo de diferencia. Hasta en la forma de Estado, que por entonces era de república. Y en lo concerniente al fútbol podríamos citar cosas tan obvias como la fabricación del balón con sus costuras por fuera o la madera rectangular de la que estaban construidas las porterías. O la no posibilidad de hacer cambios de jugadores durante los partidos y la inexistencia de tarjetas que pudieran mostrar los llamados referees (árbitros). Por ejemplo.

Rutinas de fin de semana sin internet, ni televisión, y apenas alguna emisora de radio que con suerte emitiese un boletín informativo sobre el resultado de tu equipo. Era lo que había. La narración a tiempo real de los partidos de fútbol comenzaría un lustro antes y únicamente en los encuentros de primer nivel. Como aficionado, te tocaba leer la crónica al día siguiente y santas pascuas. Y otro factor muy distinto, sustancial para estas líneas, a tener en cuenta eran los desplazamientos. De tal complejidad que, por falta de infraestructuras y medios de transporte, durante años se extendió la costumbre de disputar dos partidos consecutivos (sábado y domingo) entre los mismos conjuntos para así aprovechar los viajes a otras ciudades.

Es bajo este contexto temporal cuando se produce la primera odisea del Cartagena visitando Alcoy, en una liguilla de promoción en la que los albinegros se jugaban descender de Primera Regional. Aclaremos, para el que lo desconozca, que la liga como tal contaba con solo cuatro años de existencia y los categorías regionales servían para clasificarse al Campeonato de España, torneo que ha llegado a nuestros días más conocido como Copa del Rey. Es decir, el efesé competía en Tercera, como competición liguera, y también en regional durante una misma temporada.

Centrándonos en la referida campaña 1931/32, el Cartagena quedaba en cuarto puesto de Primera Regional, frente a los Hércules, Elche, Murcia e Imperial, y se veía obligado a


miércoles, 24 de mayo de 2017

Ocho años de moral

Cuando la fortuna juntó en la eliminatoria de ascenso a Cartagena y Alcoyano fue inevitable que los recuerdos tan bien guardados en la memoria volvieran a tocar nuestra mente. Automáticamente, al escuchar el nombre del rival me vi en El Collao, a pie de campo, solo por delante de nosotros una valla publicitaria y Rubén, nuestro portero, calentando con una concentración digna de una final por el ascenso, en la portería que un par de horas después sería cómplice del día más espectacular de la historia de nuestro club.

Porque el domingo 24 de mayo fue el desenlace de un camino arduo por un grupo de lo más singular en la categoría, en el que se encuadraban tanto canarios, como madrileños y extremeños, además de los nuestros. En Mérida se certificó el liderato con un gol de Mariano Sánchez y en ese momento comenzamos a soñar. La noche del miércoles al jueves, mientras Shakhtar Donetsk y Werder Bremen disputaban la final de la ahora modificada Copa de la UEFA, unos cuantos locos se daban cita en el estadio para lograr una entrada y ser testigos presenciales de lo que podía ser un ascenso a Segunda. Alcoy esperaba, Cartagena soñaba.

Carmona festejando con la afición el gol del ascenso
Allí fuimos y al poner un pie en suelo alcoyano, no pasaron desapercibidas un grupo de personas apiladas en la cima de la pequeña montaña que custodia el estadio, desde la que se ve una parte del césped. El partido era a vida o casi muerte (porque aún seguías vivo en la derrota, pero el golpe podía ser demasiado duro). El calor apretaba tanto como la afición local, que portaba en su fondo una pancarta: "Alcoyano, la Segunda División está en tu mano". Iba a ser difícil aguantar tanta tensión con tanto calor y como única manerade refrescarse, una especie de líquido verde que se enfrascaba en vasos de plástico, lo único que quedaba en la cantina. No sabíamos qué era


viernes, 19 de mayo de 2017

Desde Ferrol a Alcoy

Conseguía el pasado domingo, no sin inesperado sufrimiento, clasificarse el FC Cartagena para la sexta promoción de ascenso a Segunda División de su cada vez menos exigua historia. Es decir, de las dieciséis temporadas que la entidad, fundada en 1995, ha militado en la categoría de bronce ha logrado posicionarse entre los cuatro mejores de su grupo de 2ªB seis veces. Estadística nada desdeñable que incluso se eleva considerablemente en los últimos años, en los que contando la clasificación actual son cinco promociones en las últimas nueve temporadas, paso intermedio por LFP entre ellas. Y es que, como me apuntaba un amigo, tal cifra tan solo es superada en dicho período por los filiales de Real Madrid y Sevilla y por los equipos de Burgos y Racing de Santander, reafirmándose así que el objetivo en esta categoría no puede ser otro que el de pelear por el ascenso, siempre.

De Ferrol a Alcoy
En lo que a promociones a Segunda se refiere, la primera página del club se escribía en mayo de 1999, en el estadio A Malata de Ferrol. Por aquellas fechas, el sistema de ascenso era distinto al de ahora y se disputaban unas tediosas liguillas de cuatro equipos, uno por cada grupo. El entonces denominado Cartagonova FC, que se había estrenado en 2ªB ese mismo año, se clasificaba como segundo en el durísimo Grupo III después de haber liderado la tabla durante buena parte del curso. Aunque hay que valorar, en su medida, que de ser campeón a no serlo no suponía la pérdida de ningún gran privilegio.

Así, el equipo dirigido por Aranguren caía en suerte, aquella primera vez, frente a Racing de Ferrol, Cultural Leonesa y Córdoba. En el estreno del play-off, los albinegros tuvieron