miércoles, 27 de abril de 2016

Filosofando sobre el derbi regional y... acerca de algo más

El próximo sábado asistiremos a la celebración de un nuevo envite entre los equipos más representativos de las dos ciudades más importantes de la Región. Un enfrentamiento deportivo que, si bien no estará impregnado por la grandeza de tiempos mejores, siempre tiene alicientes extra garantizados. 

Acaso añoremos dicha grandeza de otros tiempos, aquéllos en los que luchamos por tocar la gloria de la Primera División y nos presentamos firmes y con argumentos superiores en este tipo de partidos, tal vez la caída de ambos clubes a la Segunda División B sea un mal necesario para volver, ojalá más pronto que tarde, a luchar por objetivos más ambiciosos.

Por supuesto que a cualquier aficionado le gustaría disfrutar de este partido de rivalidad a la vez que saborear la melaza del fútbol profesional pero a mí, personalmente, me gusta ver un poco más allá de todo ello. Claro que es importante comparecer en este tipo de partidos luchando por cotas más altas o compitiendo por objetivos mucho más jugosos, pero quizá, como decía, estar hoy donde estamos sea fruto de años de malas decisiones, tanto deportivas como de gestión, ambas estrechamente ligadas en un club de fútbol, como no podía ser de otra forma.

Fútbol Club Cartagena 3 Real Murcia 2; 11/04/2010
Pero igual que la euforia desmedida de aquéllos días escondía un modelo de gestión que podría caer como un castillo de naipes frente a la más mínima contingencia, hoy nos encontramos ante un derbi en un momento en el cual tenemos la posibilidad de construir otro modelo, mucho más sostenible a largo plazo. Sí, este tipo de partidos, lo que les envuelve, son ideales para analizar, para observar, en qué lugar estamos.

Por tanto, ante el duelo frente al Real Murcia, preguntémonos en qué posición está nuestra afición, analicemos qué fortalezas y debilidades tiene nuestro club y valoremos
si, por el camino que llevamos, tenemos la robustez necesaria para triunfar a medio o largo plazo.

En suma, la fiesta en la que vivió la afición del Fútbol Club Cartagena durante el tiempo en el que se celebraron los duelos de rivalidad regional de mejor recuerdo para nuestra afición, no era sino un espejismo, no desde el plano futbolístico, que ocultaba las miserias de nuestro club.

En última instancia, como comentaba con anterioridad, es un buen momento para realizar una observación pormenorizada de lo que rodea al Efesé. También y como mera opinión personal, para anteponer la victoria de nuestro club y su grandeza sobre cualquier posible daño ocasionado al rival. Lo primero, siempre, debe ser el Fútbol Club Cartagena. Su grandeza será la de no tener que mirar a nadie más que a sí mismo.

Vencer y, además, convencer. En todos los sentidos.

"Veritas Temporis Filia"

Imagen| La Verdad


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