lunes, 2 de mayo de 2016

La estabilidad... esa cualidad necesaria que tanta falta hace en el Fútbol Club Cartagena

Llegamos al ocaso de la temporada 2015/2016, pues sólo faltan dos jornadas para la conclusión del campeonato. A lo largo del mismo, el club ha alcanzado cierta estabilidad institucional muy necesaria para la consecución de determinados objetivos. Es fruto de dicha estabilidad institucional y, de la mano de una gestión rigurosa y calmada, en contraposición con los vaivenes a los que estamos acostumbrados en Cartagena, como se alcanzan los objetivos deportivos.

La unión de ambas fortalezas debe conducir a la estabilidad deportiva, tan necesaria como ausente, salvo excepciones, en la historia del fútbol cartagenero. No hace falta remontarse muchos años para recordar hechos que explican la carencia de éxitos deportivos continuados en el tiempo. Los ejemplos son numerosos en los últimos años. 
Fútbol Club Cartagena

Cuando hemos contado con dirigentes cuya solvencia económica era más o menos importante, siquiera se ha cumplido con las obligaciones más elementales del día a día de un club de fútbol. Tampoco hemos contado con la calma institucional y el "laissez faire, laissez passer" necesario para alcanzar los objetivos deportivos. Respecto a lo primero, dos han sido, por norma general, los principales problemas:
  • Nula capacidad de la administración del club para gestionar un club de fútbol 
  • Incapacidad para delegar en profesionales del deporte
Cuando por guiños del destino, el club ha contado con un profesional de la dirección deportiva y se han alcanzado objetivos importantes, incluso teniendo la posibilidad,
muy cerca, de ascender a la Primera División, no ha existido la calma necesaria para que dichos éxitos tuviesen continuidad. A mi juicio, varios han sido los problemas:
  • Desconfianza en el equipo humano que ha sido clave para la consecución de esos objetivos, lo que nos hace pensar que la confianza pretérita fue casual y no fruto de un modelo sostenible en el tiempo. Posterior ruptura de dicho equipo.
  • Afición con escasa capacidad para valorar los éxitos del club. Exigua fidelidad, salvo excepciones.
  • Dirección, gestión contable y financiera desastrosa. Incumplimiento de obligaciones.
Cuando se ha intentado recomponer el club, ha habido una serie de errores de gestión fruto, muchas veces, de la precaria situación heredada y, otras, de la incapacidad para rodearse, nuevamente, de un equipo profesional. Además, la estabilidad, se ha visto truncada por elementos externos, tan importantes en el día a día de un club de fútbol.

Es por ello que, toda vez que existe cierta estabilidad institucional en el Fútbol Club Cartagena, gracias en gran medida al éxito del proceso concursal, debemos hacer una llamada a la estabilidad deportiva. El equilibrio entre administración y dirección general, debe ir de la mano de la perdurabilidad de un modelo deportivo. Por tanto, creo necesario que el club sostenga la base de la actual plantilla y cree, junto al entrenador y una dirección deportiva fuerte, un modelo a medio plazo que nos permita alcanzar objetivos mucho más ambiciosos. 

El primer paso ya se ha dado con la renovación del actual entrenador. Una decisión bastante acertada que pone cierta solidez al proyecto del Fútbol Club Cartagena. Una solidez que debe arraigarse, pues pasos como éste ya se han dado en otras ocasiones sin que, por desgracia, le hayan seguido otros de igual o superior importancia.

¿"Nihil novum sub sole"?



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