miércoles, 11 de mayo de 2016

Sobre la afición del Fútbol Club Cartagena

Decía Winston Churchill que las críticas no son agradables, pero sí son necesarias. En cuanto al Fútbol Club Cartagena, toca establecer un juicio sobre su afición. Es cierto que ha habido una evolución en cuanto al número de abonados que acuden a las oficinas del estadio a retirar su abono cada verano. Esto es consecuencia del buen desempeño deportivo, salvo en la última temporada, realizado por el club en sus tres campañas en el fútbol profesional.

Antes del ascenso de Alcoy, la masa social del club estaba muy tocada. Más de dos décadas sin alcanzar el fútbol profesional, con fracasos estrepitosos en partidos decisivos mediante, unido al cambio de club representativo, hicieron que la llama se fuese apagando. Por tanto, se puede entender el descontento del aficionado tras tantos sinsabores. 

El problema de la masa social del Fútbol Club Cartagena no se mide en términos cuantitativos, o no tanto, sino que se mide a nivel cualitativo. Me explico. El efesé cuenta o ha contado, en momentos puntuales, como ahora, con una cantidad de abonados que le situarían, en ese apartado, en superior categoría. A este respecto no hay nada que achacar.

El problema viene cuando nos preguntamos, ¿ocurre esto siempre? o ¿al menos hay una base sólida y más o menos numerosa que, ante "barrancos" en la trayectoria del club,
siga apoyando al mismo? Respondamos a ambas cuestiones:
  1. En general, los picos de apoyo del aficionado cartagenero se dan en momentos de cierta trascendencia deportiva o, siendo éstos seres humanos de carne y hueso, cuando les pinchan o les venden humo. En última instancia, es bueno para el FC Cartagena.  A más apoyo, mayor beneficio para el club. Pero no estamos valorando un apoyo puntual, sino un sostenible en el tiempo. Toca responder a la segunda cuestión.
  2. Sí, lo primero que he comentado podría ocurrir en cualquier lugar. Si viene el Fútbol Club Barcelona en Copa, cualquier estadio de cualquier punto geográfico puede verse más poblado. Pero, ¿qué pasa cuando se apaga la fiebre? ¿cómo estaba el Cartagonova allá por 2003 ó 2004? La respuesta es que hubo partidos en los cuales no se alcanzaron ni los 1.000 asistentes.
A colación de todo ello, la pregunta es, ¿dónde estamos en cuanto a masa social? la respuesta es dura. Es cierto que hemos crecido a nivel cuantitativo en temporadas como la actual, en la que venimos de un fracaso deportivo, pues la pasada liga luchamos por mantener la categoría. Pero no es menos cierto que la historia está ahí y que no ayuda comprobar cómo, a la mínima contingencia, asistimos algunos, atónitos, a comprobar cómo la propia afición acepta como lógico que su club sea enterrado. 

Porque en un deporte tan vinculado a las emociones, la afición debe creer y apoyar a su club hasta que no haya más solución que aquélla. Aquí, a diferencia de lo que ocurre en otras plazas como Albacete u Oviedo, eso no ocurre. Aquí, quienes apostamos por la supervivencia del club, desde la opinión, fuimos muy pocos.

Digo desde la opinión pues el criterio de muchos puede llegar a conseguir grandes cosas. El juicio de unos pocos románticos puede ser tildado de locura, como así ocurrió en Cartagena. El mundo al revés. Pero, como bien dijo Machado, la verdad es la que es y sigue siendo verdad aunque se piense al revés.

Todo ello es sintomático de dónde está la afición del Cartagena. Más allá de números, más allá de valoración cuantitativa, queda la realidad cualitativa de nuestra afición. Desde el reconocimiento de dicha realidad, podremos avanzar como afición.

"Nemo patriam quia magna est amat, sed quia sua" Séneca



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