lunes, 24 de octubre de 2016

El gol de Juanlu Hens al Murcia

Líder llegaba el Murcia al Cartagonova, eso sí, pasando por un momento de vacas flacas viendo como su amplio colchón de puntos respecto al segundo clasificado -que encima era el UCAM- se iba desinflando. El Efesé por su parte llegaba en un estado de forma impecable, invicto desde la llegada de Monteagudo y con un objetivo menor, como era una plaza para jugar la Copa del Rey de la temporada siguiente. Con un año decepcionante y con la sensación de que ese grupo de jugadores podía haber dado más de lo que dio, nos llegó el derbi en el Cartagonova. Era el momento de demostrar que las dinámicas dan o quitan ventaja en un partido en el que al aficionado albinegro le importaba más ganarle al Murcia que esa plaza copera.

Juanlu celebrando el gol de la victoria
Había expectación en la ciudad, que tenía ganas de una gran cita futbolística en una temporada tan sombría como desgarradora. Ver al eterno rival líder toda la temporada por un lado y que los nuestros hubieran tirado las opciones de promoción de ascenso cuatro o cinco meses antes era realmente doloroso. Pero el destino nos tenía preparada una última prueba, la que nos podía permitir desquitarnos de esa sensación amarga vivida durante toda la campaña, con un derbi en la primera vuelta perdido en los últimos minutos incluido. Por una cosa o por otra el líder intratable no lo era tanto, había perdido semanas antes un encuentro ante el UCAM que de haber ganado le habría puesto en bandeja de plata el liderato, pero el fútbol siempre da una segunda oportunidad y hasta que no pita el árbitro o se acaba la temporada puede pasar absolutamente de todo.

Por su parte los periodistas murcianos que hablaban en enero de los líderes de otros grupos no lo hacían ya tan insolentemente, miraban más al segundo, que le pisaba los talones y que curiosamente era el otro equipo de la ciudad, al que empezaban a ver cómo una verdadera amenaza. Efectivamente, la soberbia de mirar a otros grupos como
si el tuyo estuviera concluido con casi media temporada por disputarse, finalmente te lleva a jugarte la vida en las últimas jornadas y ahí entraba un invitado de lujo, el Efesé

Ningún partido contra el Murcia pasa de soslayo ni para una afición ni para otra pero este era distinto. El discreto desplazamiento desde la ciudad huertana sumado a las numerosas entradas vendidas para la afición local auguraba un ambiente favorable desde la grada. Y ahí metimos el primer gol. Fue Chus Hevia, pero lo empujamos los casi 10.000 cartageneros que ese día vestimos el recinto de Benipila de blanco y negro con una pancarta que portaba un emocionante lema "Carthago-Nova invicta est". El Cartagonova por un momento fue el de las grandes tardes, esas en las que todo suele salir mal. De hecho no le faltó ese punto de suspense con un penalti inexistente que celebraba el fondo norte grana.

Era un derbi en el que unos se jugaban el liderato y otros nos jugábamos el orgullo. Y la copa, es verdad. Pero más el orgullo. Ese orgullo del que ve en un partido de fútbol algo más que eso, del que ve un derbi como una batalla de tú a tú con la historia, con lo que nos han arrebatado y que encajamos con disconformidad, una manera de levantarse y atacar al causante de tantas injusticias, al que aprovecha cualquier despiste para poner más piedras en el camino. El eslogan lanzado por el club en esa semana de derbi fue precisamente ese: “Orgullo y copa”.

Y entre tanto orgullo, dignidad y deseo de reivindicación llegó. Le cayó a Juanlu Hens en su bota derecha, desde fuera del área pero bien colocado. Y otra vez, los 10.000 albinegros y la calidad del actual pichichi del grupo, la pusieron dentro de la portería, besando la red y sumando tres puntos más al casillero del Efesé, pero dándole cien de orgullo a una afición que respiró. Se había conseguido el objetivo. Ah si, la copa también estaba más cerca. Habíamos vuelto a vivir una tarde mágica en el estadio y consumamos el placer de vencer a ese rival que nunca ha sido el grande del fútbol español que se empeñan en vender, venido a menos cada año, confirmando así su mediocridad.

Ese día el Murcia entró en Cartagena líder, salió segundo y es el último derbi que hemos disputado. El derbi que tenemos por delante es muy distinto al último, no coincide ni el estadio, ni la disposición en la tabla y ahora son ellos los que pueden bajar los humos a los albinegros, pero hasta que empiece el partido, seguiremos cerrando los ojos y soñando con el gol de Juanlu Hens.


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